Inversores, dueños de campos arrendados y trabajadores vinculados con los pools ganaderos, son los primeros damnificados
Dos empresas que ofrecían inversiones en ganado a cambio de una renta fija en dólares, presentaron graves problemas financieros en las últimas semanas.
La primera fue el grupo Larrarte que ofrecía una inversión en ganado con una renta fija anual del 11,3%. Desde este año empezaron a incumplir los pagos y los inversores empezaron a descubrir que no tenían el ganado por el que habían pagado o tenían muchas menos cabezas de las que creían tener.
Mientras siguen en curso las denuncias presentadas contra el grupo Larrarte, se conoció la caída de República Ganadera, otra empresa del mismo rubro y que se presentó a concurso de acreedores voluntario el pasado miércoles.
El consultor, analista y comunicador en temas agropecuarios Rafael Tardáguila, explicó en Informativo Uruguay que estos productos de inversión se han expandido en Uruguay y manejan “centenares de millones de dólares”.
La crítica situación de estas dos firmas motivó que haya nerviosismo en el mercado y que en estos días había “muchos camiones retirando su ganado de los predios de República Ganadera”, intentando salvar los activos antes del quiebre de la firma.
Tardáguila sostuvo que el caso de Larrarte, que pagaba un retorno por inversión “muy atractivo”, podría considerarse un caso aislado, pero al conocerse la citación de República Ganadera, la preocupación se extiende a todo el sistema. “El riesgo de una suerte de corrida, donde los inversores busquen rescatar los animales de su propiedad o el monto invertido, puede traer problemas a otras firmas del sector que han mostrado solvencia”.
El anuncio de una de las firmas de mayor envergadura del rubro, como Conexión Ganadera, de que estaban dispuestos a auditar y gestionar los recursos de la compañía que solicitó el concurso, “apunta a que el riesgo no se expanda sobre todo el sector”, sostuvo el especialista.
Tardáguila destacó que hay miles de inversores perjudicados, “pero también propietarios de campos que arrendaron a estas firmas y trabajadores que se encargaban del cuidado de los animales”, que han sido afectados.
Asimismo, recordó que la actividad de estas instituciones “no está regulada por el Banco Central”, ya que se consideran “negocios de ganado entre privados”.