En nuestro país el CCU ocupa el tercer lugar en incidencia luego del cáncer de mama y colorecto.
En el período 2013 – 2017 se diagnosticaron un promedio de 311 mujeres y fallecieron por esta causa un promedio de 141 mujeres por año, según datos del Registro Nacional de Cáncer de Uruguay.
Si bien en nuestro país las tasas de incidencia y mortalidad han disminuido levemente en los últimos años, continúan siendo más elevadas que las tasas de los países desarrollados.
Para el período 2013-2017 el Registro Nacional de Cáncer de Uruguay, informó una tasa de incidencia ajustada de 14.2 mujeres por 100.000 y una tasa ajustada de mortalidad de 5.62 por 100.000.
El cáncer de cuello uterino (CCU) es un cáncer prevenible.
Se trata de los pocos tumores malignos en los que se conoce su etiología y su historia natural.
La principal causa de esta enfermedad es la infección por ciertos tipos de VPH (virus del papiloma humano). Existen más de 100 genotipos, de los cuales aproximadamente 40 se transmiten sexualmente y, de estos últimos, 15 pueden vincularse con el desarrollo de CCU. Existen otros cofactores que intervienen en su desarrollo como el tabaquismo, el inmunocompromiso (VIH, trasplante), y los factores socioeconómicos.
Haber tenido el antecedente de una lesión pre-maligna de alto grado (HSIL) es considerado también otro factor de riesgo.
El CCU se produce por la infección persistente por el VPH que produce lesiones asintomáticas subclínicas precancerosas (H Sil). Este proceso evolutivo por lo general lleva 10 años en producirse, por eso es importante la realización de los estudios ginecológicos para evitar la aparición del cáncer y por lo tanto la muerte por esta enfermedad.
La Guía de Práctica Clínica de Tamizaje de Cáncer de Cuello Uterino del Ministerio de Salud Publica recomienda realizar el screening de cuello uterino con el estudio del papanicolaou (PAP) a partir de los 21 años y hasta los 69, cada 3 años, si las 2 primeras pruebas de PAP anuales fueron normales.
El Área de Prevención del Cáncer de Cuello Uterino (APCCU) de la Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer (CHLCC) realiza el seguimiento de los resultados de PAP sospechosos de lesiones precancerosas del Programa de Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, basado en el test de PAP convencional, de acuerdo a las Guías de Práctica Clínica vigentes del Ministerio de Salud Pública.
Durante el 2019, desde ASSE se ingresaron 72.812 PAP a la base de datos de la CHLCC correspondientes a mujeres de todas las edades.
Durante la pandemia se registró una baja en la realización del PAP. Esto tuvo mayor impacto en ASSE, registrándose un 44% menos de informes de PAP en el año 2020 con respecto a igual fecha del mes de Noviembre del año 2019.
La cobertura nacional de PAP (mujeres de 30 a 64 años que se hayan realizado el estudio en los últimos 3 años) en 2020, registró un 55.6% de promedio nacional (sectores público y privado). En el año 2019 se había registrado una cobertura promedio nacional del 57% en el mismo rango etario.
Es importante considerar que hay un descenso en la cobertura nacional promedio del 1.4%.
A medida que avance el plan de vacunación contra el Covid-19, en la población en general y del personal de salud, se espera que los controles y estudios ginecológicos vuelvan a su cauce habitual.
Las mujeres a partir de los 21 años tienen un día de licencia anual paga para realizarse el PAP según la ley 17.242.
La realización del estudio del PAP es uno de los requisitos obligatorios para la obtención del carnet de salud, según decreto N 571/2006. La ordenanza 402/2006 dispone que el PAP sea sin costo de prepago por el Sub-Sistema Privado.
La vacuna contra el HPV se incluye en el esquema nacional de vacunación a partir de los 12 años de edad desde el 2017.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó las siguientes recomendaciones con la finalidad de eliminar el cáncer de cuello uterino para el año 2030:
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Vacunar al 90% de las niñas antes de los 15 años.
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Realizar el tamizaje del 70% de las mujeres a los 35 y 45 años de edad con un test de HPV.
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Realizar el tratamiento del 90% de las mujeres con resultados positivos en las pruebas de tamizaje.
Los controles periódicos con ginecólogo, utilizar métodos de barrera en las relaciones sexuales, no fumar, la vacuna contra el HPV en las adolescentes y la realización del test Papanicolaou (PAP) son claves para prevenirlo.