Con el lema «Las calles son nuestras, el Estado tiene que dar respuestas»
Vestida de sus característicos colores arcoíris y cargada de un espíritu de alegría y festividad, la comunidad LGBTIQ tomó las calles de Montevideo para reivindicar sus derechos y pedir respuestas a un Estado que, sienten, aún los deja de lado.
Con la frase «Las calles son nuestras, el Estado tiene que dar respuestas» como lema, bañada del brillo de las lentejuelas o las prendas con luces de colores y con la música como infaltable acompañante se hizo presente en la capital una nueva edición de la Marcha por la Diversidad celebrada cada año a fines de setiembre.
Esta vez lo hizo en un recorrido que partió de la Plaza Eduardo Fabini hacia el Palacio Legislativo llenando a su paso la ancha Avenida del Libertador, que se transformó en un pasaje para esta ola de color en la que no faltaron las drag queens modelando y el agite de baile con música electrónica y pop a cargo de la DJ Paola Dalto.
Como destacó en diálogo con Efe la activista trans Paula Moreno, integrante de la Coordinadora de la Marcha, de lo que se trató fue de «tomar las calles en forma alegre y festiva» pero a la vez exigiendo que se cumplan «los derechos y las políticas públicas por las que se trabajó mucho» desde la comunidad.
«Lo que venimos reclamando y reivindicando es el poco compromiso del Estado en cuanto a las políticas públicas que hemos logrado los movimientos sociales, por ejemplo la Ley integral para personas trans, que se aprobó hace cuatro años pero todavía no nos permite el acceso al trabajo, a la educación, a tener una salud digna», resaltó.
Para Moreno, la comunidad salió a mostrar su orgullo «en forma alegre y festiva» pero enmarcada en los que considera «momentos difíciles» en particular para los colectivos trans, pues el 6 de setiembre Salomé, una mujer trans de la ciudad canaria de Pando, fue asesinada en un crimen que la Fiscalía catalogó en principio como un transfemicidio.
Sobre este mismo punto se expresó la presidenta del Colectivo Trans del Uruguay (CTU), Colette Spinetti, quien detalló que pese a que la fiscal del caso lo designó bajo esa carátula -que existe a nivel judicial en el país desde que se condenó por transfemicidio al asesino de Fanny Aguiar el pasado marzo-, luego la condena fue por homicidio.
En ese sentido, para Spinetti, la configuración de un transfemicidio es «un tema a trabajar con los actores judiciales» para que estos tengan claro cuándo sí es determinante en el crimen que sea hacia una persona trans.
«Más allá de que (el ataque a Salomé) haya sido un problema interno (una trifulca con un desconocido), el cuerpo de la mujer trans y las vidas de las personas trans se ven como desechables, como que la violencia machista puede oprimir y hasta matar estas vidas, entonces siguen siendo transfemicidios», subraya.
De orgullos y diferencias
Con la afirmación de que ser «LGBTIQ+ friendly» o amistoso con la comunidad «garpa» (rinde), porque «con dolor» se impuso su popularidad, como eslogan y la participación de Spinetti y otros activistas, la marca de cerveza Patricia lanzó en 2021 un anuncio televisivo que generó diferencias al interior del movimiento social uruguayo.
Es que la Coordinadora de la Marcha por la Diversidad publicó un comunicado en contra de quienes aparecían en el anuncio que, dice Spinetti, desató «una cantidad de violencia» por redes sociales contra ella y los demás involucrados.
A raíz de ello, su colectivo CTU decidió no participar de la masiva marcha que, como cada septiembre, se celebra este viernes en Montevideo.
Si bien dice que esperó sin suerte por un año a que la Coordinadora abriera un diálogo sobre el tema, Spinetti ve positivamente haber recibido ofertas de otras marchas y eventos desde distintos puntos del país.
En tanto, Moreno, quien además de la Coordinadora integra el Colectivo Diverso de Las Piedras, alega que el diálogo nunca se rompió y llama a «construir».
«Nosotres estamos siempre abiertos al diálogo. Hay algunos desacuerdos pero lo importante siempre es construir, estar juntes», manifiesta quien llamó así a no esconder el orgullo en las calles.
También orgullosa se mostró Spinetti, en su caso por saber que, en plena discusión para promover una ley trans, España hoy mira a Uruguay como ejemplo.
«Es increíble que España nos dio el ejemplo por mucho tiempo y ahora está tomando el ejemplo. A mí me hace feliz que mi país, al que amo tanto, sea tomado como ejemplo», concluye emocionada quien, dice, suele ser convocada desde allí para contar la experiencia de un Uruguay con «un marco legislativo de vanguardia» pero aún falto de voluntad política para concretar los avances.