INAU Y FISCALÍA DEPARTAMENTAL DE ARTIGAS EN LA MIRA…

 “Ella tenía 3 años, Un relato sostenido en el tiempo. Cuatro Fiscales tuvieron “en manos” la carpeta que carga todas las pruebas”
En Marzo de este año, publicábamos esto que ven a continuación sobre el caso que está conmocionando a Artigas en estos días y fue dado a conocer en medios nacionales.
Cuando decíamos Artigas, TIERRA DE NADIE Y SIN LEY,  nos referimos que cómo puede ser que una denuncia por un ” presunto abuso sexual” a una niña esté, desde diciembre del 2019 a la fecha y desde que se hizo la denuncia hasta la actualidad fueron presentadas tres solicitudes de formalización de la investigación, ” la fiscal que está a cargo de la investigación es la Dra. Sabrina Massaferro, quien según la abogada penalista de la familia materna de la niña, Dra. Carla Souza “mantuvo y mantiene dormida la investigación” manifestó a un medio radial de Artigas.
Artigas, TIERRA DE NADIE Y SIN LEY.
En este Caif de la ciudad de Artigas el departamento más al norte de nuestro querido país, C.A.I.F. (Centro de Atención a la Infancia y la Familia), aquí trabaja como cocinero, un ” señor” de 37 años que está denunciado desde Octubre del 2019 por un presunto Abuso Sexual a su hija que en ese momento, cuando hizo la DEVELACIÓN a su mamá tenía 3 añitos, la mamá muy correctamente hizo la denuncia en los lugares competentes y donde se cree que deberían cuidar, preservar y proteger los derechos de los niños, niñas y adolescentes de nuestro país. Cuando desde este portal decimos ” deberían” nos referimos a que este ” señor” aún hoy, Marzo del 2024, sigue trabajando en el mencionado Caif el cual tiene convenio con INAU, ( Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay), sigue trabajando con niños, JAMÁS FUE SEPARADO DE SU CARGO HASTA Y MIENTRAS LA FISCALIA DE NUESTRO PAIS TERMINE LA INVESTIGACIÓN, porque aún hoy, la o las fiscales de la causa no archivaron la carpeta.
A continuación hacemos pública la carta que envió la abuela de la niña a nuestro portal:

Mi nieta fue abusada sexualmente por su progenitor y luego de más de cuatro años, aún no ha llegado la Justicia.

 La impotencia y el dolor como abuela y como madre, es difícil de plasmar con palabras pues el dolor excede el lenguaje, la realidad grita lo que quienes detentan el sistema de Justicia evaden y callan.

 Ella tenía 3 años. Era una niña dulce, obediente, estudiosa, tierna… …Hasta que su conducta cambió drásticamente. Había perdido su alegría, se convirtió en una niña rebelde, con ataques de llanto, con una negación inexplicable a que su mamá le pudiera higienizar y ver su cuerpo.

En ese momento, su progenitor tenía un régimen de visitas que le permitía retirarla todos los días de la semana, incluyendo sábados y domingos y además, que los viernes, ella pernoctara en su casa. La negación reiterada, acompañada de llanto cada vez que se acercaba la hora de que él llegara para llevársela, sumado a más señales, nos hizo a mi hija y a mí, entrar en un estado de alerta: algo malo le estaba sucediendo. Más señales, como llantos repentinos tras despertarse con pesadillas durante la noche, episodios de enuresis, ecopresis, irritación en la vulva, regresión en el habla, acidez estomacal y reflujo, entre tantas otras, fueron las señales tangibles que dieron sentido a su relato: ella describió hechos que referían a lo que le sucedía cuando estaba con su “padre”.

Al momento de relatar los aberrantes hechos a través de detalles que los replicaba en sus peluches para mostrar qué cosas le hacía el que, ahora, en lugar de llamarle “papá”, lo llamaba por su nombre; era “otro” para ella. Ante las primeras señales, mi hija le preguntó al progenitor qué podría estar ocurriendo y él minimizó el planteamiento del problema aludiendo a que la irritación podría deberse al jabón. Luego de que mi nieta relató episodios monstruosos de abuso sexual, mi hija se presentó ante Unidad de Violencia de Género de Artigas para radicar una denuncia contra el progenitor.

 Derivaron a la niña a puerta de emergencia para un examen superficial en el que le atribuyeron la irritación de la vulva a una infección urinaria sin realizar ningún tipo de examen de orina, entregándole a mi hija, una orden para solicitar en laboratorio dicho examen.

Tras la denuncia de mi hija, se impartieron medidas cautelares de prohibición de acercamiento del denunciado a mi nieta. Inmediatamente, contratamos a una abogada, la que eleva la denuncia a nivel de Fiscalía. Comenzamos a “remar contracorriente”. Costosos escritos por parte de esta profesional eran presentados ante Fiscalía sin que el caso presentara avances. Buscamos los servicios de un profesional de Montevideo.

Se realizaron pericias forenses. La pericia físico forense lanzó como resultado, una lesión que no respondía a una violación propiamente dicha pero sí, a un presunto abuso que se complementa con el relato aportado por la niña al médico forense. Pericias psicológicas realizadas por profesionales del ITF aquí en la ciudad de Artigas y en el ITF de Montevideo, arrojaron pruebas contundentes de un presunto abuso sexual (“…si lo relata, es porque lo vivió”, afirmó en informe y ante Fiscalía, la perito Bibiana Etchamendi, Licenciada perteneciente al ITF, (Instituto Técnico Forense).

Un relato sostenido en el tiempo. Cuatro Fiscales tuvieron “en manos” la carpeta que carga todas las pruebas.

En una audiencia de octubre de 2022, tras la solicitud de un régimen de visitas por parte de los abuelos paternos, se delega a INAU la coordinación de ocho visitas con la familia paterna. Mi nieta no concurrió a tales encuentros.

Nuestro abogado nos explicó que INAU había realizado una interpretación errónea de la resolución del Juez y que no teníamos la obligación de cumplir con dicho mandato y seguimos la orientación del letrado que nos patrocinaba.

En marzo de 2023, se le notificó a mi hija de una nueva audiencia: los abuelos paternos nuevamente se presentaron a solicitar un régimen de visitas.

El 16 de marzo de 2023, tras el incumplimiento del régimen de visitas y los argumentos falaces de INAU respecto de la “irresponsabilidad” de mi hija en relación a dicho incumplimiento, a que, además, se le acusa de no haberle brindado a su hija, por ejemplo, momentos de esparcimiento, entre otras acusaciones que fácilmente se podía comprobar su falta de veracidad, se bifurca la causa y recae sobre ella la acusación de “vulneración de los derechos de la niña” al no presentarla a las visitas.

Cabe resaltar aquí, la impericia o mala fe de nuestro abogado, en tanto que, si se incumplió el régimen de visitas, fue bajo la orientación del mencionado profesional.

A partir de entonces, el delito ya no se centraba en el punto del cual partió la causa de la denuncia: el presunto abuso sexual sino que centran el foco en mi hija, argumentando respecto de su inestabilidad emocional y apoyándose en informes tergiversados emitidos por INAU.

Una audiencia que comienza a las 14:00 hs y culmina con efectivos policiales que llegan hasta la casa de mi hija a retirar a la niña, en horas cercanas a la medianoche, pues dicha audiencia tuvo dilatado su tiempo.

Fuimos representadas por otra profesional pues nuestro abogado, el Dr. Flores Mansilla no asistió a dicha instancia, mientras esperábamos con mi nieta en la plaza que se encuentra a pocos metros del Juzgado, la abogada interviniente en esa instancia, salió de audiencia y pidió para hablar “en privado” con mi nieta . Se retiró con ella y la llevó hasta un kiosco y regresaron con golosinas en tanto que la abogada volvió a ingresar a la audiencia.

 Tras la decisión del Juez Dr. López Portillo, de que le fuera retirada la tenencia a mi hija y fuera entregada a los abuelos paternos, la misma se retira de sala con la intención de proteger a su hija, lo que deriva en su detención por parte de efectivos policiales con 24 horas de prisión en un calabozo. Próximo a la hora 00:00 efectivos policiales asisten a la casa de mi hija para realizar su detención y retirar a mi nieta. Mi hija intentó resistirse a entregar a su hija. Mi nieta, como un cordero que se entrega al matadero, fue llevada en un móvil policial acompañada por mí. En el Juzgado la esperaban su abusador y los padres de éste. Invadí el despacho del Juez (“Doctor Portillo, ¿me permite dirigirle unas palabras? No atiendo a particulares, respondió”…. y regresé donde mi nieta. Ella estaba en shock, le caían lágrimas de sus ojos mientras me decía: ”Son sólo cinco días, Abu…y voy a volver”, mientras abrazaba a la pequeña perra que había elegido para llevarse con ella. Posteriormente, salió el Juez de su despacho y de forma muy amable, me explicó por qué había mandado detener a mi hija y cuando yo le increpaba como abuela y ciudadana respecto de su resolución, mientras mantenía siempre el respeto y la cordura, él evadía mis preguntas. Luego de varios minutos, mientras sentía en mí la mirada desafiante de uno de los funcionarios de INAU que me observaba desde baranda, como festejando su triunfo y la mirada del abogado de la otra parte, que me observaba fijamente. Nos despedimos.. La “niña de su Abu” (como le decía), estaría ahora en manos del “monstruo”.

Declaraciones en seccional donde estaba mi hija…y hasta las 05:00 am allí, mientras regresé con unas frazadas para que se cubriera en aquel recinto sucio y húmedo, como si la que hubiese cometido el crimen, hubiese sido ella. Al amanecer, me dirigí nuevamente a seccional y luego, a la tarde, hasta Fiscalía, donde se encontraba custodiada por una funcionaria policial y la abogada, para luego ser liberada. Nuestro abogado patrocinante, me alentó argumentando que la presentación de un Recurso, podría revertir la situación. Teníamos tres días para su presentación y al tercer día, cercano al mediodía, llega el escrito, el cual abro sentada en un portal cualquiera. Contenía datos tergiversados de los hechos acaecidos en aquella fatídica noche. “No puedo presentar un escrito con hechos que no ocurrieron”, le comenté en un mensaje…..y lo quiso rectificar con un nuevo escrito con firma electrónica.

Busqué el asesoramiento de dos nuevos abogados, los que me afirmaron que teníamos seis días para presentar el Recurso. Le hice saber a mi abogado, que estaba cortando el vínculo profesional con él y una vez más, confié en la buena fe de otro profesional pero, el Recurso presentado por el mismo, no llegó en tiempo y forma pues por el CNA, efectivamente disponíamos de tan sólo tres días y no, de seis.

Dos días después de que nos arrancaron a nuestra niña, mi hija tuvo un intento de suicidio. Horas amargas me acompañaron, desesperación, impotencia: mi hija no resistía la separación.

Un llamado al 911 fue la última alternativa que me restó para salvarla. Diez días acompañándole en una sala de hospital, intentando darle fuerzas, mientras las mías, declinaban ante el dolor indescriptible de saber que “la niña de su Abu” se encontraba en “la boca del lobo”. En un lapso menor a dos semanas, nuevamente mi hija requirió otra internación por su estado emocional desestabilizado.

Más allá de que no teníamos medidas de restricción de acercamiento, mi nieta estaba como si la hubieran raptado pues las llamadas telefónicas para saber de ella, eran cortadas; el regalo de Pascuas que le envió su madre por un “tele jet”, no fue recibido…y agonizábamos mientras no podíamos saber siquiera cómo estaba. Acudimos a INAU para intentar saber noticias pero tan sólo recibimos negaciones rotundas, sin esperanza alguna de algún tipo de ayuda en tanto institución encargada de” proteger a niños, niñas y adolescentes”.

Fuimos a la escuela donde concurre mi nieta y, tanto a mi hija, como a una de mis sobrinas y a mí, nos prohibieron terminantemente tener siquiera sólo cinco minutos de encuentro con ella. La historia se había tergiversado y nadie creía en nosotras en tanto que el monstruo, la iba a buscar a la escuela como un “padre normal” y continuaba (como hasta ahora) trabajando con niños en la cocina de un CAIF, institución dependiente de INAU.

 Intentamos hablar con la directora de INAU en Artigas y funcionaria de SIPIAV pero tan sólo fuimos atacadas por la directora de dicha institución, negándonos toda posibilidad de una mediación para un reencuentro con la niña. Recurrimos a varios profesionales y nadie aceptaba tomar el caso hasta que en un estudio de abogados, dos, que trabajaban en conjunto, aceptaron estudiarlo. Casi dos meses transcurrieron entre entrevistas que prometían revertir el caso hasta que en una cita nos dijeron que no disponían de tiempo para dedicarse al expediente y nos dieron como referencia a una profesional que podía tomar el caso (qué casualidad que, justamente, era una de las tantas profesionales que habían defendido a la parte contraria!!!).

Incertidumbre, vacío, desesperación, dolor indescriptible!

A finales de 2023, contratamos a una nueva abogada. Aunque escéptica ante tanta complejidad, aceptó tomar el caso. Con la prudencia de una profesional cualificada, con el “deber ser” como estandarte, en defensa de una justa causa, la Dra. Souza se lanza a luchar por Justicia para mi nieta.

 Una recopilación de datos minuciosa extraída del expediente y de la carpeta “dormida” en Fiscalía, y una puesta en marcha de buena fe, honestidad y profesionalismo fueron la combinación perfecta para retomar el caso.

Por mi parte, acudí tres veces a Fiscalía, mientras estuvo el Fiscal Subrogante, Dr. Federico Rodríguez, quien, más allá de demostrar mucha amabilidad en su trato, manifestó abiertamente que “prefería ocuparse de casos tales como homicidios, tráfico de drogas o estafas y no, de casos de abusos sexuales.

¿Es lícito que un Fiscal pueda elegir qué tipo de delitos “le agrada” escudriñar para resolver en tanto deja otros por cuestiones de “inclinaciones”???… Pedí apoyo a Unidad de Víctimas y Testigos de Fiscalía pero me informaron que allí, nos atenderían un par de veces y nos derivarían a nuestro prestador de salud correspondiente. ¿Dónde está el “apoyo” que suponemos deben brindarnos en tanto víctimas y por ende, con derecho a ser protegidas, orientadas y contenidas por esta institución?

Se llega a una nueva audiencia, tortuosa e infructífera tras la solicitud de visitas, en la que la inoperancia de la Juez que la llevó a cabo, sólo hizo transparentar aún más las falencias de nuestro sistema de Justicia y la negligencia que, lamentablemente, manejan en nuestro departamento, los profesionales de este ámbito.

 Una nueva audiencia, otro Juez, resuelve que se nos concedan visitas “dentro de las instalaciones de INAU y bajo supervisión”.

Un reencuentro con ella!!!!  

Pero la presión de INAU continuó hasta el punto de que nuestra abogada debió acompañarnos a las primeras visitas y manejar fuertes desacuerdos defendiendo nuestros derechos frente a la incredulidad por parte de INAU de que realmente estamos ante un hecho aún no comprobado de presunto abuso sexual (por negligencia de los Fiscales intervinientes hasta el momento) y la insistencia en mantener la idea de que mi hija hizo una invención y manipuló a su hija en perjuicio de su progenitor, en tanto que desconocen el contenido del expediente.

 

EL REENCUENTRO CON ELLA 10:00 am: mi hija y yo, llegamos a INAU a encontrarnos con ella.

 Una de las educadoras de INAU la tenía tomada de los hombros, de espaldas hacia nosotras; así la dirigió hasta la sala de visitas, sin brindarnos un encuentro visual natural y espontáneo. Luego, manteniéndola sostenida de los hombros, la enfrenta hacia nosotras.

Nuestra niña es “otra”: temerosa, apática…. se resiste a mirarnos, a respondernos, sólo asiente o niega con la cabeza y “se protege” abrazándose a la funcionaria que, a los 10 minutos exactamente, asevera “te sentís mal, ¿no? Querés irte”.

Quedamos absortas ante tanta manipulación y falta de ética. Mi nieta asiente la aseveración y se retira sin siquiera mirarnos. En la segunda visita, otra educadora toma el rol de supervisora, pues la anterior entra en discrepancia con mi abogada (que nos acompañó) y refiere a dichos que, según la misma, provenían de nosotras. Nuestra abogada la interpela, pidiéndole que deje claro de quiénes, según la educadora, provenían las acusaciones. La misma no puede afirmar, en última instancia que venían de mi hija o de mí, como lo había manifestado en un comienzo, por lo que se aclara el rumor tras tensos momentos.

En la siguiente visita, delegan a otra funcionaria para la supervisión de esas instancias. “La niña de su “Abu”, a pasos muy, muy lentos, está abriéndose un poco más (aunque con su madre continúa imponiendo más resistencia, lo que podría atribuirse a un “síndrome de alienación parental”. No obstante, hubo avances. Pintamos juntas, jugamos con masa de moldear, hicimos un vestido de princesa con stickers aplicados… Poco a poco hemos ganado un abrazo y muy tímidamente, un beso en la despedida.

¿Qué está sucediendo con nuestra niña???

El día 12 de agosto del corriente año, tuvimos la oportunidad de entrevistarnos con el Fiscal de Corte, Dr. Juan Gómez, quien, lamentablemente, ha cesado en su cargo.

El Fiscal, tras escuchar el informe técnico aportado por nuestra abogada, referenciado bajo el soporte del expediente en mano, nos dio las garantías de que el caso sería nuevamente analizado.

En esa misma oportunidad, la denuncia presentada en Fiscalía General de la Nación por la Dra. Carla Souza contra la Fiscal, Dra. Sabrina Massaferro, delata la falta de ética de esta Fiscal, quien fijó entrevista en mismo día y horario para mi abogada y la parte defensora del denunciado, saliendo de su despacho para entablar un diálogo notoriamente de “amiguismo”, con el representante del progenitor mientras mi abogada esperaba su retorno, por lo que, la Dra. Souza le manifestó la violación de las normas frente a dicha acción, ante lo cual, la Fiscal Massaferro, agrede verbalmente a la Dra. Souza, mientras que, a gritos, la hace retirarse de su despacho.

La incógnita de un informe elevado por INAU, nos mantiene “en jaque” pues en los informes de cada visita, acentuaban las falencias de los encuentros y omitían la mayoría de los avances.

El caso ha tomado relevancia pública.

 Más de 4 años han transcurrido desde la denuncia.

Cuatro Fiscales han estado ocupando un lugar en Fiscalía de la ciudad de Artigas y el caso aún se mantiene en una “inercia” absurda y contradictoria frente a las pruebas rotundas contenidas en la carpeta que “descansa” en Fiscalía sin haber sido debidamente diligenciada para la formalización (solicitada en más de una oportunidad por más de uno de los abogados patrocinantes).

Sostenerme, sostener a mi hija, trabajar, luchar cada día en pos de la Justicia por mi nieta, es lo que dirige cada una de mis acciones.

No bajaré los brazos hasta alcanzar esa Justicia que, hasta el momento, ha sido tan banalizada por quienes han detentado el poder formando parte de un sistema viciado.

 No obstante, continúo confiando en la Justicia en su concepto más puro y sé que pronto mi nieta podrá ser rescatada de la terrible amenaza real, del “monstruo” que arrebató su alegría, su derecho a expresarse tal y como es, su derecho a convivir con su madre, conmigo y con toda nuestra familia como lo hizo durante 7 años de su vida.

Quedan datos, detalles técnicos, etc., que resulta imposible redactarlos aquí de forma escueta.

Agradezco a personas que, desde su propia experiencia de vida, hoy nos comprenden y nos apoyan en esta lucha que, como la nuestra, la viven tantas víctimas en nuestro país.

Agradezco a nuestra patrocinante del caso que, además de profesional, como ser humano y madre, ha tomado esta causa con el ímpetu de luchar por la Justicia de mi nieta, sobrepasando obstáculos….al ex Fiscal de Corte Dr. Juan Gómez que tan amablemente nos recibió .y a todas las personas que forman parte de nuestra lucha sin tregua para defender a una víctima que, lamentablemente, tendrá que batallar durante toda su vida para adquirir resiliencia para transformar sus heridas en fortaleza.

El dolor es el impulso que me lleva cada mañana a saber que es un nuevo día para mantener viva la lucha y la esperanza. Dios me da la fuerza; ella me renueva el amor y el orgullo del título de ser “su Abu” y a no detenerme jamás hasta que podamos vivir felices y en paz después de que la Justicia haya llegado!