Luis Lacalle Pou y Romina Celeste Papasso durante la inauguración del Hospital del Cerro en Montevideo.
El presidente Luis Lacalle Pou inauguró este lunes el Hospital del Cerro en un evento público que estuvo marcado por abucheos, acusaciones de corrupción y el respaldo de sus seguidores luego del escándalo por el caso del narcotraficante Marset que hizo caer a tres jerarcas y a un asesor presidencial. A pesar de las tensiones, el mandatario destacó la importancia del nuevo centro de salud en el barrio.
El mandatario participó este lunes la inauguración del Hospital del Cerro, un evento público que estuvo marcado por una mezcla de abucheos y aclamaciones, así como carteles de protesta y banderas de apoyo. El hospital, ubicado en el Cerro de Montevideo, es una promesa de campaña cumplida por el mandatario, llevó dos años para su construcción y requirió una inversión total de 3 millones de dólares.
En su discurso, Lacalle Pou abordó los cánticos ofensivos dirigidos al gobierno y las autoridades presentes, además de los carteles de protesta. “Estamos todos contentos de que el Cerro tenga un hospital, porque irán los hijos de quienes están más acá y los hijos de quienes trajeron los carteles”, expresó.
También hizo hincapié en la necesidad de mantener un diálogo respetuoso y constructivo, a pesar de las diferencias políticas. “La razón no se tiene porque se levante el volumen o porque se grite. Siempre miré el coraje silencioso que se demuestra en el sacrificio, en el trabajo, defendiendo las opiniones y respetando a los demás”, afirmó.
La inauguración atrajo a cientos de personas que se acercaron para escuchar el discurso del presidente. En el lugar, se vieron banderas uruguayas y de agrupaciones blancas. Sin embargo, también se exhibieron carteles y pasacalles críticos hacia el gobierno, algunos de ellos mencionaban temas como la “corrupción” asociada al pasaporte entregado al narcotraficante Sebastián Marset, la pobreza infantil y la situación de las ollas populares.
El mandatario llegó al lugar entre el aliento de sus simpatizantes y la furia de algunos manifestantes que le gritaron “corrupto”, pidieron su renuncia y lo acusaron de estar rodeado de “ineptos” y tener “amigos violadores”.