Lámparas en la mira…

” En el salón trabajamos con productos excelentes y de primera calidad, hace más de un año que no realizamos más la manicura semipermanente en el salón por los riesgos,  efectos secundarios y desventajas que nos estaban siendo reportados” manifestó esta tarde Elena Esquerre , Estilista y principal de Twinky Group.

” Justamente hoy charlando con la médica dermatóloga Dra. Silvina Passardi, nos contaba que hay muchas uñas con hongos y otros problemas, por eso es que nosotros estamos haciendo el método tradicional y más ahora que ya está prácticamente comprobado que la lámpara podría estar provocando cáncer en los dedos” continuó Elena.

” No siempre la belleza va de la mano de la salud, a veces hay que evaluar o sacrificar el deseo o la necesidad de algo que está de moda priorizando nuestra salud, en este caso nuestras manos” enfatizó Elena Esquerre.

Tuvo cáncer en un dedo: sospechan de las lámparas que se usan para el esmaltado semi permanente.

Florencia llevaba dos años y medio haciéndose las manos así, no ocasionalmente, sino cada 15 días. Lo primero que notó fue una mancha verde en una uña. Una biopsia mostró que tenía un carcinoma. Lo que siguió fue un derrotero de médico en médico, incluso le dijeron que tenían que amputarle el dedo.

Florencia se miró la uña de cerca, dudó. ¿Qué podía ser? No había hecho nada nuevo, al contrario: hacía dos años y medio que se hacía las manos de esa forma cada 15 días y nunca le había pasado nada.

“Pensé que podía ser humedad, pero en cuestión de una semana la mancha pasó de ser muy chiquitita a tomarme toda la uña”, cuenta  Florencia, que es abogada, vive en la Ciudad de Buenos Aires y tiene 26 años. “Enseguida la uña empezó a desprenderse, si la tocabas adentro se sentía como un ruido hueco”.

Lo que siguió fue un derrotero de médico en médico durante casi un año. Pensaron que era una bacteria, pero no era. Un hongo: tampoco. Lo que Florencia tenía lo explica  Damián Ferrario, que es médico dermatólogo especialista en oncología cutánea del Hospital Italiano de Buenos Aires.

“Tenía un carcinoma espinocelular in situ: un tumor localizado en el sector de la uña. Cáncer de piel, sí”, responde él, que es miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología y el médico que la operó.

¿Qué pudo haberlo provocado? La sospecha es concreta y ya hay estudios que aportan evidencia: la acumulación de rayos UV producto de las lámparas que se usan para algunos tratamientos estéticos en las uñas, por ejemplo, el esmaltado semi permanente y el kapping.

Parte central del problema es la frecuencia con la que se irradian las manos: como las uñas quedan tan débiles (porque se lima la superficie brillosa para que el esmalte penetre), cuando se saca el esmalte enseguida se vuelve a pintar. Se usa la lámpara tanto para sacar el esmalte viejo como para fijar el nuevo.