Fortalecimiento del multilateralismo, los asuntos económicos y financieros y la inteligencia artificial
El presidente de la República, Yamandú Orsi, participa este domingo de su primera actividad en la XVII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de los BRICS, que se celebra en Río de Janeiro los días 6 y 7 de julio, bajo la presidencia de Brasil.
El bloque BRICS nació con Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, pero en los últimos dos años se expandió con la incorporación de Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, Arabia Saudí e Indonesia como miembros plenos.
Estos once países representan hoy el 39 % del PBI mundial, casi la mitad de la población del planeta, y concentran gran parte de los recursos energéticos y minerales estratégicos: controlan el 72 % de las reservas globales de tierras raras, el 44 % de la producción de petróleo y el 36 % de gas natural. Además, son responsables del 26 % de las exportaciones y del 22 % de las importaciones mundiales.
En 2024, durante la cumbre celebrada en Kazán, Rusia, se creó la figura de los “países asociados”, que pueden participar como asistentes sin voz ni voto. Hoy integran esa categoría Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Kazajistán, Nigeria, Malasia, Tailandia, Uganda, Uzbekistán y Vietnam.
Uno de los puntos de tensión dentro del bloque es la posición ambigua de Arabia Saudí. Aunque no ha confirmado formalmente su adhesión desde que recibió la invitación hace casi dos años, figura como miembro pleno en las comunicaciones oficiales de la presidencia brasileña.
La agenda de esta cumbre apunta a fortalecer la cooperación en áreas clave como la gobernanza de la inteligencia artificial, el acceso global a medicamentos y vacunas, y la transición ecológica, con vistas a la COP30 que se realizará en noviembre en Brasil.
Sin embargo, es inevitable que otro tema atraviese las discusiones: las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles a las economías del bloque. Ante este escenario, los BRICS avanzan en la creación de mecanismos financieros que reduzcan la dependencia del dólar, incluyendo sistemas de pago alternativos al SWIFT y el uso de monedas locales para los intercambios comerciales.
Dos ausencias relevantes podrían restarle peso político al encuentro. Ni Vladímir Putin ni Xi Jinping estarán presentes en Río de Janeiro. El presidente ruso participará por videoconferencia debido a la orden de captura emitida por la Corte Penal Internacional, y será representado en persona por su canciller, Serguéi Lavrov. En el caso de China, el Ejecutivo brasileño esperaba la presencia de Xi, con quien mantiene una relación estrecha, pero será el primer ministro, Li Qiang, quien finalmente encabece la delegación.
Brasil asume por cuarta vez la presidencia del bloque, con el lema “Fortaleciendo la cooperación del sur global para una gobernanza más inclusiva y sustentable”. Se trata de una presidencia rotativa y anual: el 31 de diciembre, el país entregará la jefatura a India, que definirá la agenda del año siguiente.
El acrónimo BRICS fue acuñado en 2001 por el economista británico Jim O’Neill, de Goldman Sachs, para incentivar inversiones en Brasil, Rusia, India y China. La sigla se consolidó políticamente con la primera cumbre de jefes de Estado en 2009 y sumó la “S” con la incorporación de Sudáfrica en 2011. Desde entonces, el bloque se ha consolidado como un espacio que busca posicionarse como alternativa a las instituciones dominadas por Occidente.
Una de las principales herramientas institucionales del grupo es el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB, por su sigla en inglés), fundado en 2014 y con sede en Shanghái. La expresidenta de Brasil Dilma Rousseff encabeza actualmente esta entidad multilateral, que cuenta con un capital autorizado de 100.000 millones de dólares y financia proyectos de infraestructura y desarrollo sostenible en países del sur global.