Policía desarticuló banda de jóvenes que estafaba a mujeres octogenarias haciéndose pasar por familiares

Personal del Departamento de Delitos Complejos realiza recolección de datos y análisis de eventos relacionados a estafa donde se identifica mediante seguimiento de cámaras dos masculinos quienes aguardan a las víctimas que solicitan préstamos a través de Instituciones Financieras locales y mediante estratagemas y engaños las inducen a hacerle entrega del dinero. Se logra identificar a dos masculinos, lográndose determinar que se encontraban alojados en un Hotel céntrico de la ciudad, por lo que puesto en conocimiento de la Fiscalia correspondiente. ésta solicita orden de allanamiento al Juzgado correspondiente, siendo realizado el allanamiento en el correr de la tarde, logrando ubicar en una de las habitaciones a tres masculinos, dos de ellos mayores de edad (19 y 20 años) y un menor de edad (17 años). En el lugar se ubica la suma $41.882 pesos uruguayos y U$$ 100 dolares americanos de y ropas varias recien adquiridos procediendo a su incautación. Se procede con los trámites administrativos con dichas personas.

A su vez se procede a concurrir a una Institución Financiera del este de la ciudad donde otro de los masculinos de 18 años de edad, había acompañado a una femenina de 85 años, quien estaba realizando los trámites para hacer efectivo un préstamo de $U 220.000 (doscientos veinte mil pesos uruguayos), haciéndose pasar dicho masculino como nieto de la femenina, procediendo a su detención.

Se hace saber que la modalidad utilizada por estas personas era la siguiente: Uno de los individuos contactaba a la eventual víctima y trataba de sacarle información personal, sobre todo de índole familiar que les permitiera seguir con la maniobra. Posteriormente otro individuo se aproximaba a la víctima, haciéndose pasar por amigo de un familiar, donde le hacían saber que el familiar necesitaba dinero por diferentes motivos, que él era amigo de ese familiar, incluso le decían que si quería hablar con el familiar él le pasaba el contacto, por lo que la señora realizaba la llamada y desde el otro lado contestaba una persona (masculino o femenina según la circunstancia) y se hacía pasar por ese familiar quien le afirmaba que la persona junto a ella era su amigo y que le había pedido ya que viajaba a Salto que tratara de localizarla y hacerle saber de los problemas que tenía en ese momento y que si accedía a prestarle ese dinero se lo entregara al amigo.