Tolosa: “No hay un mandato, no hay un incentivo político, hay un compromiso con bajar la inflación”
Presidente del BCU presentó la estrategia para el quinquenio y habló de un “enfoque rupturista”
El presidente del Banco Central del Uruguay, Guillermo Tolosa, expuso en la Academia Nacional de Economía las líneas estratégicas que marcarán su gestión durante el quinquenio. Habló de la necesidad de generar credibilidad, de los desafíos de la inflación no transable y de un cambio de paradigma basado en una nueva institucionalidad y en una comunicación más efectiva. “Hay un compromiso con bajar la inflación”, sostuvo.
“Por primera vez en la historia tenemos la elección del presidente y la vicepresidenta del Banco Central que no tienen una afiliación política, como son los mejores estándares internacionales”, señaló el Dr. Tolosa al comienzo de su presentación en la Academia Nacional de Economía. En un salón colmado de referentes del ámbito económico y empresarial, el jerarca detalló la hoja de ruta de la institución para los próximos cinco años, que incluye “un enfoque rupturista” con respecto al pasado reciente.
La presentación, titulada “Estrategia del Banco Central del Uruguay para el quinquenio”, giró en torno a los pilares que sustentan el actual régimen de metas de inflación, la importancia de la credibilidad institucional, el uso de la tasa de interés como principal instrumento de política monetaria y la renovación del vínculo entre el BCU y la ciudadanía.
Tolosa explicó que, tras su paso por el Fondo Monetario Internacional, pudo constatar cómo los regímenes monetarios evolucionaron desde una lógica técnica hacia una mirada más integral, donde la coordinación de expectativas cumple un rol central. “Esto está en el ámbito de lo intangible, esto no es física, es más psicología y arte”, mencionó.
El economista sostuvo que el nuevo enfoque del Banco Central se apoya en “una narrativa coherente” y en el desarrollo de una institucionalidad fuerte, alejada del ciclo político. “No hay un mandato, no hay un incentivo político, voluntad política, no hay varios objetivos, hay un compromiso con bajar la inflación”, afirmó.
El rol clave de la credibilidad
Para Tolosa, uno de los principales problemas que enfrenta Uruguay es que su inflación no transable (precios de bienes y servicios que no se comercializan con el exterior, por lo que se fijan en una lógica de demanda interna) se ha mantenido persistentemente elevada, sin una explicación clara desde el punto de vista monetario o fiscal.
Desde su perspectiva, el fenómeno responde más bien a una convención social que se autoalimenta. “Hoy la inflación no transable sigue siendo 6% después de muchos años, es lo que la gente tiene en la cabeza y, como se la cree, por más que ya no hay bases para que sea 6%, termina siendo 6%”, subrayó.
Por eso, afirmó que la política monetaria debe enfocarse también en modificar ese comportamiento social: “¿Cómo cambiamos de ese equilibrio? ¿Cómo reorientamos las creencias entre todos los uruguayos?”, cuestionó.
La revolución comunicacional
Tolosa destacó que uno de los grandes cambios de este período será la transformación de la comunicación del BCU. “Antes se tomaban las decisiones, no se hablaba con los periodistas. Ahora instalamos en cada Copom (Comité de Política Monetaria) un diálogo con los periodistas”, relató, y anunció más entrevistas, discursos y esfuerzos por hacer más comprensibles las minutas y comunicados, como vienen avanzando en la actualidad.
Este giro responde a una convicción profunda; “Ben Bernanke famosamente dijo que la política monetaria es 98% conversación y 2% acción”, recordó Tolosa, quien reivindicó el impacto de las expectativas sobre la inflación. “Lo que hace y lo que dice el BCU tiene un efecto directo sobre cómo se moldean esas expectativas”, afirmó.
Hacia un nuevo equilibrio
La nueva estrategia del BCU apunta a consolidar un cambio de paradigma: “Antes, al presidente del BCU solo le preguntaban a cuánto va a estar el dólar. Todavía hay periodistas que me preguntan eso, pero cada vez más la mayoría diría que hay que mirar la meta de inflación”.
Para lograrlo, se instauró una meta puntual de 4,5%, en lugar del rango anterior de entre 3% y 6%. “Eso ayuda muchísimo en esta coordinación de agentes”, explicó.
Finalmente, sintetizó el espíritu de esta etapa y mencionó que “para tener credibilidad hay que tener mucha determinación, y ese es el tipo de política que hemos venido siguiendo”.