Lo dijo el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov
El objetivo de Rusia con la «operación especial» iniciada en Ucrania el pasado 24 de febrero es «desmilitarizar y desnazificar a Ucrania», aseguró hoy en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
El diplomático acusó además a Kiev de practicar ocho años de violaciones de libertades fundamentales de la población rusohablante en Ucrania.
La acción rusa «es particularmente relevante ahora que Ucrania está siendo arrastrada hacia la OTAN y está recibiendo armas», señaló en un videomensaje que fue boicoteado por numerosas delegaciones de países occidentales que abandonaron la sala del Consejo durante la intervención de Lavrov.
«Los neonazis tomaron el poder en 2014 y esta ocupación debe parar», subrayó Lavrov, quien acusó a Kiev de imponer un «régimen de terror» que reprime la utilización de la lengua rusa en las escuelas o lugares de trabajo o confisca los bienes de iglesias ortodoxas.
El silencio de Occidente muestra el «doble rasero de Estados Unidos y sus aliados, quienes han causado miles de víctimas en Yugoslavia, Libia o Afganistán», comentó el jefe de la diplomacia rusa, quien añadió que el objetivo actual de Washington y sus socios es «crear una Antirrusia».
Lavrov también criticó que las sanciones Occidentales contra Moscú estén trascendiendo al ámbito financiero y económico «y lleguen al mundo cultural, deportivo, turístico o de educación, una muestra de que Occidente ha perdido claramente el control».
«Su deseo es imponer el odio que tienen por Rusia», declaró el ministro.
Lavrov tenía previsto viajar a Ginebra para participar hoy en el Consejo de Derechos Humanos y en la Conferencia de Desarme, pero finalmente tuvo que dirigirse a ambos foros por videoconferencia, debido a las restricciones impuestas por buena parte de Europa a los vuelos procedentes de Rusia, como parte de las sanciones contra Moscú.
Defendió que Rusia respeta al pueblo ucraniano, «con el que nos une una historia común y lazos espirituales y cultuales», pero acusó a sus autoridades actuales, entre otras cosas, de intentar difundir mentiras sobre esos nexos comunes, por ejemplo intentando manipular la Segunda Guerra Mundial.
«Glorifican a criminales de guerra y olvidan los monumentos de víctimas del fascismo», afirmó el ministro, quien utilizó el término «neonazi» en varias ocasiones al referirse al Gobierno del presidente ucraniano Volodímir Zelenski.
«Su conducta es una blasfemia, Zelenski debería rendir homenaje a la figura de su abuelo, quien combatió en el Ejército Rojo», declaró Lavrov.
Fuente y foto: EFE