Hay trata en Salto? preguntó una docente de facultad, Sí, hay respondí.
Confieso que esa pregunta me sorprendió ya que venía de una docente que trabaja con jóvenes de todas las edades pero, principalmente con las y los que ingresan a facultad que en la mayoría de los casos apenas cumplieron la mayoría de edad.
Al ser un centro de estudios regional las y los jóvenes que allí concurren no son únicamente de nuestro departamento sino que vienen también de departamentos aledaños y muchas veces vienen a cursar el bachillerato en nuestra ciudad para ir adaptándose.
No crean que son chicas de contextos muy vulnerables, son de todas clases sociales, como así también lo son “sus explotadores”.
Esta investigación e información que obtuve está basada en la comunicación con personas que muchas de ellas saben de ésta triste realidad en la cual se ha convertido nuestro departamento, y cuando digo departamento y no digo ciudad es porque también se sabe que la trata ocurre también en ciertos pueblos de Salto.
La pregunta de esa docente no sólo me sorprendió sino que me estimuló para seguir investigando y realizar más actividades para poder difundir la verdad sobre dicho tema.
Este tipo de información y/o investigación provoca mucho interés en la sociedad civil pero sin embargo es ésta misma sociedad la que al momento de denunciar mira para el costado porque les es más fácil y siempre está el que te dice, “no te matas” y que cada uno se dedique a lo que quiere.
Esta información según mis fuentes la saben quienes deben velar por el interés superior del niño/a o adolescentes pero les es más fácil quedar sentados detrás de su escritorio, son acosadas por la policía, obviamente esto se hace en privado pero en realidad el Estado siempre respalda a sus fuerzas de seguridad.
Tal es el caso que salió a la luz en setiembre pasado sobre “explotación sexual a una adolescente de 14 años que fue abusada sexualmente por un policía y los otros dos estaban presentes en el lugar del hecho, es en ese mismo caso que está siendo investigada una mujer la cual sería quién contribuía con la entrega de la menor quién era amiga de su hija.
Otro caso es el de un “reconocido profesional” y también “docente” del centro de estudios anteriormente mencionado que mediante excusas obtiene el número de celular de las alumnas y luego tal cual “perverso psicópata depredador” realiza una lista y selecciona a quien acosar y hacer ostentación con lujosos regalos.
“No actúa sólo, lo hace en compañía de otros profesionales y de un político muy cuestionado en su momento por sus andanzas, quien volvió a la esfera política después de años. Nos llaman a nosotras por lo general a mitad de semana y nos ofrecen dinero para pilchas o las pilchas directamente, hay quienes rechazamos y los bloqueamos pero sabemos de chicas que salen a cambio de pilchas nuevas para luego el fin de semana ir a bolichear”.
En esta lista armada por éste profesional y docente hay chicas de todos los contextos sociales de diferentes barrios de nuestra ciudad como así también de otros departamentos.
Tal es el caso de la adolescente de un barrio al sur de nuestra ciudad que había desaparecido en julio pasado, apareció a los dos días y donde también había una mujer que oficiaba como entregadora.
Otra realidad que quema los ojos es el de las menores siendo víctimas de trata, en Plaza de Deportes, en el Obelisco y en bares y pensiones en inmediaciones del Hospital local.
Cabe recordar también el caso de las menores institucionalizadas en el hogar de Inau ” se escapan” o como dicen los funcionarios del instituto “salidas no acordadas”, las mismas desaparecen horas o incluso días y al volver cuentan con quién o quiénes estuvieron y dónde, siendo muchos de ellos mayores de edad y según las cuidadoras, ” les mienten los nombres a las gurisas, por eso nosotros no sabemos a quién denunciar”, pero sí saben que muchas de ellas son llevadas a un apartamento en la zona céntrica de nuestra ciudad.