Un Intendente que te pueda mirar a la cara

Un Intendente que te pueda mirar a la cara
Desde muy joven entendí que la política no es un atajo para el poder, sino un camino para estar al servicio de la gente. Desde el primer instante en que empecé a recorrer los barrios, escuchando a quienes más necesitaban una respuesta. Colaboré con cooperativas, caminé bajo la lluvia y bajo el sol. Aprendí que no se gobierna desde una oficina, sino desde el territorio. Cuando fui a pedir ayuda en la peor época de la pandemia, el gobierno nacional nos cerró las puertas en la cara, pero igual nos arreglamos para llevar ayuda a todos los merenderos y organizaciones sociales que lo precisaban. Desde el lugar donde están las personas, sus sueños y sus problemas. Esa experiencia no me la contó nadie: la viví.
Como diputado, volví una y otra vez al interior profundo de Salto. No lo hice por campaña ni por foto. Lo hice porque estoy convencido de que la política se ejerce con los pies en la tierra. Escuché a trabajadores, a productores, a madres que luchan por sacar adelante a sus familias. Aprendí a gestionar con transparencia, con honestidad, con resultados. Mi trayectoria es limpia. Y lo digo con humildad, pero también con firmeza: absolutamente nadie puede señalarme un acto deshonesto. Y no todos en Salto pueden decir lo mismo.
Mi candidatura no representa a un solo sector. Representa una forma de hacer política que pone por delante a las personas, no las etiquetas partidarias. Es una propuesta amplia, generosa y profundamente democrática. A diferencia de otras candidaturas, esta no divide: une. Une al Frente Amplio con sectores independientes, con ciudadanos que se reconocen en el legado del general Líber Seregni, en los valores del wilsonismo, en la sensibilidad social del batllismo, en la fuerza del humanismo cristiano. Porque Salto necesita una conducción que escuche a todos, que convoque a todos y que trabaje para todos.
Desde el Frente Amplio, reafirmamos nuestro compromiso con la justicia social, con los derechos, con la igualdad de oportunidades. Pero no lo hacemos en soledad. Lo hacemos con vocación de diálogo, con apertura, con la mano tendida a todos aquellos que quieren construir un Salto más justo. La política no puede ser un campo de trincheras: debe ser un espacio de puentes. Eso hemos hecho, eso seguiremos haciendo. Una intendencia que pone primero a las personas, sin importar de dónde vienen ni por quién votaron.
Del wilsonismo heredamos un principio fundamental: el valor del diálogo. Vamos a gobernar con todos, para todos. Con mesas de trabajo permanentes, con espacios de intercambio con organizaciones sociales, empresariales, sindicales, rurales. Nadie va a quedar afuera. Así he trabajado como diputado, abriendo puertas, escuchando y construyendo consensos. Así lo haremos también desde la intendencia.
Del batllismo tomamos la idea de un Estado activo, presente, que no se borra frente a las dificultades. El gobierno nacional, en estos últimos cinco años, se olvidó de Salto. No hubo respuestas para el litoral, no hubo políticas que atendieran las necesidades que señalamos con insistencia. Vamos a revertir ese olvido. Vamos a usar cada herramienta disponible para generar empleo, para fortalecer el desarrollo productivo y para apoyar a las familias más golpeadas. Salto necesita una intendencia comprometida, y eso es lo que vamos a ofrecer: cercanía, gestión y soluciones.
Y desde el humanismo cristiano, citando al Papa Francisco, reafirmamos nuestra convicción de que “una persona que piensa en construir muros y no en construir puentes, no es un verdadero cristiano”. Vamos a construir puentes. Vamos a gobernar en paz, con transparencia, con sensibilidad y con firmeza. No todos los candidatos pueden hablar de buen manejo, de honestidad, de mantener la casa en orden. Yo sí. Cuento con el equipo económico que puso a la Intendencia en orden y seguiremos siendo celosos guardianes del dinero de los salteños. Porque no vamos a hacer nada que afecte su bolsillo. Vamos por más, sí, pero sin ponerle más peso a nadie.
Esta es una candidatura que no excluye, que no impone. Es una candidatura que convoca a quienes creen que es posible un Salto mejor. Vamos a construir una intendencia que gobierne para todos. Con respeto. Con compromiso. Con trabajo. Y sobre todo, con la gente en el centro.
Quiero ser el intendente de todos los salteños. Quiero trabajar con Yamandú, en el territorio, donde realmente se cambia la vida de la gente. Quiero y puedo ser un Intendendente que te mire a la cara.

Álvaro Lima, Intendente para todos los salteños